Pierre Soulages en México

El Museo de la Ciudad de México está presentando una retrospectiva de la obra del pintor francés Pierre Soulages, y permanecerá hasta el 22 de agosto. Mostrada en orden cronológico, abarca todas las etapas del artista y las obras más representativas de cada una. Con su trabajo, se cuestiona la relación del expectador, con la obra y el espacio que la rodea, y a través de la experimentación con herramientas y las texturas que producen, trabaja lienzos en su mayoría negros con una fuerte carga dramática.

La exposición abre con su etapa inicial de experimentación con el negro y su contraste con el lienzo blanco. Pinceladas fuertes, gruesas y angulosas, con algunos detalles de color, son el indicio de sus juegos con la luz; más allá de la luz que queda en la oscuridad, es la luz que el artista permite que quede. Me pareció más un capricho, -lo que yo pintaría en un momento de ira-, trabaja el lienzo para dejar destellos y conforme su trabajo evolucionaba, la luz es cada vez menos invasora, y las texturas de negro sobre negro ganaban su protagonismo.

Trabaja con el negro y lo dignifica por sobre todos los colores. Emplastados de óleo o acrílico, retrabajados con cepillos, navajas o los mismos pinceles, generan las texturas que se vuelven la herramienta para la interpretación de la obra. Si el espectador se mueve, la luz que incide en el lienzo cambia, los relieves del lienzo la desvían, la reflejan, la matan. Y es así, que la lectura de la pintura será siempre distinta, dejando el cierre de la idea plasmada en manos -u ojos- de quien la contempla.

Es su etapa final la más intensa de la exposición. Sus obras están cargadas de dramatismo, la luz se subordina a la sombra, las capas cada vez más gruesas de pintura se dejan interrumpir en su flujo por los elementos externos. Sus cortes en el lienzo jamás me parecieron hechos al azar y es que hasta las formas accidentales tienen un porqué en la mente de un genio...